Casi han pasado 10 años desde la Expo Zaragoza 2008. Hablamos concretamente de la Exposición Internacional de Zaragoza que se celebró desde el 14 de junio al 14 de septiembre del 2008, y cuya temática principal fue el “Agua y desarrollo sostenible”. En este recinto se vivieron 93 días de ocio, cultura, fiesta, reflexión e intercambio entre 107 países de todo el mundo. ¿Pero qué ha pasado tras prácticamente diez años después?
El otro lado de la EXPO 2008 de Zaragoza
El legado que la EXPO 2008 dejó en Zaragoza supuso una transformación y promoción de la ciudad. Se llevaron a cabo distintas propuestas, como el plan de acompañamiento. Dicho plan se centró en construir y remodelar determinadas infraestructuras (hoteles, nueva terminal en el aeropuerto, primera línea de Cercanías, etc).
Además, con el paso de los años se fueron multiplicando las zonas verdes y se reintegraron los cauces fluviales. No fue casualidad que tras todos estos avances la cifra de turistas creciera de forma exponencial, por lo que fue una manera de promocionar los encantos de esta maravillosa ciudad.
¿Cuál es la parte mala de la EXPO Zaragoza 2008?
Sus pérdidas multimillonarias están durando más años de lo esperado. Lo peor, es que a medida que pasan los meses, van creciendo. Nos referimos sobre todo a las pérdidas de la empresa pública que tiene en venta y en alquiler los pabellones construidos para la Muestra.
Si tenemos en cuenta las pérdidas acumuladas en los casi 10 años por la sociedad pública del Gobierno de Aragón, tenemos unas cifras que prácticamente rondan los 700 millones de euros. En solo unos años se han ido multiplicando como la espuma, y es un tema que sigue abriendo portadas y preocupando.
¿De dónde viene este gasto?
Solo en obras se gastaron 319 millones de euros de dinero público. Se decía que con el proyecto de la EXPO Zaragoza 2008 las inversiones se rentabilizarían. Sin embargo, nada ha salido adelante. Solo se han recuperado 32 millones de euros. No hay empresarios dispuestos a comprar o alquilar oficinas en esta zona. Es más, muchas están ocupadas por organismos públicos.
Casi 10 años después se le conoce como la “ruina inmobiliaria de la Expo del Agua”.